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La Pastelería y Fuente de Soda “Nuria” es uno de los lugares más típicos y conocidos en la comuna de Quillota, muchos de los habitantes de la ciudad más de una vez han visitado este espacio no solo por exquisitos completos, tortas, jugos naturales, pasteles fríos, cafés -y toda la variedad de productos que ofrecen-, sino también por la gran trayectoria histórica y familiar que tienen hace años.
El local se construyó hace muchas décadas atrás; su estructura y materiales han hecho que la fachada sea rediseñada en más de una ocasión, la última, tuvo un drástico cambio -en 180 grados- los arquitectos propusieron una mirada moderna, pero resguardando su esencia, la antigüedad. Es por eso, hoy en día posee un estilo y colores recatados, con algunos ladrillos de adobe que se conservaron del anterior material.
Primer plato: una leche de frutilla con un pastel de merengue frío, que deja pidiendo más, mas, más y mas
La espera de este menú fue casi imperceptible, se demoraron alrededor de 7 minutos desde que hicimos el pedido, aunque solo con observar el lugar ya quedas maravillado. La leche con frutilla tenía un balance perfecto entre lo dulce y ácido de la fruta, venía contenida en un vaso retro de las típicas copas de helado, que por suerte y coincidencia venden aquí mismo.
El pastel de merengue estaba delicioso, provenía de una torta completa, que ellos mismos hacen, el tamaño era el correcto, puesto que quedabas con ganas de mucho más.
Segundo plato: el clásico completo y bebida Pepsi, que piden los enamorados
Mientras esperábamos, un mesero comentó que justamente este menú era uno de los cuales siempre las parejas pedían, y se notaba porque salían felices de la mano; cuando llegó el plato quede impactada, la dedicación en su preparación le merecía mil tenedores, pero como somos linguinis, tenemos que tener una crítica más específica, esto no fue suficiente. Al comer el completo, la mayonesa era casera y contaba con la cantidad perfecta de cada producto (ajo, aceite, huevo), la palta era muy fresca y completamente molida, el tomate tenía un dulzor muy característico a los que se siembran en Quillota (eso sentí), y, por último, el pan con la vienesa, muy bien calentados, no al punto de quemarse.
Gracias por tanta dedicación y vocación
No es fácil encontrar un local de comida donde todos los aspectos de este sean totalmente buenos, casi siempre existe un detalle que reparar, pero en este caso no. Lo que se debe resaltar ante esta crítica, es la vocación de cada funcionario, desde el cocinero hasta el mesero, cuentan con la amabilidad suficiente para atender de una estupenda y empática manera a los comensales.
Como linguinis evaluamos con 5 tenedores esta excelente pastelería y fuente de soda, si existiera un tenedor de oro, obtendría 3 más.
Emilia López
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